
Adivina, adivinanza…¿cuál es el ingrediente que está siempre en la lista negra de alimentos que no son buenos para la salud…? La sal ¡Bingo! Pero no todo es negativo. Hoy, desde este Blog de Cocinas Santos os voy a hablar de las verdades y mentiras sobre la sal.
Todos sabemos que el consumo de sal es malo si tenemos la presión arterial alta o alguna enfermedad coronaria. Pero si estamos completamente sanos y en forma, el consumo moderado de sal nos ayudará a tener más energía para afrontar la actividad diaria y reducirá nuestro nivel de estrés. Por tanto, la sal es esencial en nuestra salud.
Y ahora os preguntareis ¿por qué es necesario consumir sal? Pues veréis, la sal es una sustancia vital para el cuerpo humano. Sin ella nuestro metabolismo tendría grandes dificultades para digerir comidas y absorber nutrientes. Además, ayuda a regular el nivel de agua y el ritmo cardíaco y previene los calambres musculares. Su papel es fundamental a la hora de regular el nivel de Ph en nuestro cuerpo y ayuda a que realicemos la digestión correctamente y a eliminar toxinas del organismo.
Ahora bien, ¿cuánta sal deberíamos consumir si nuestra salud es buena? Fuentes oficiales del Servicio Nacional de la Salud recomiendan que un adulto consuma como máximo, diariamente, 6 gramos de sal, lo que equivale a una cucharilla de café. Sin embargo, debemos tener en cuenta que muchos ingredientes de los que consumimos ya llevan sal incorporada, así que debemos tener en cuenta este dato a la hora de estimar la cantidad diaria consumida para no excedernos de la recomendada.
Hoy en día existen muchas variedades de sal, que se clasifican en función de 4 características:
- Su color
- Su Sabor
- Su humedad
- Su forma
Existen muchas variedades, pero os comentaré las más importantes y curiosas:
- Sal marina sin refinar: se obtiene mediante evaporación del agua del mar en las salinas. Tiene muchísimos oligoelementos y un fuerte sabor.
- Sal yodada: es la sal de mesa refinada a la que se le añaden unos 60 mg. de yodo por kilo de sal. Su consumo está indicado en la prevención del bocio y del hipotiroidismo.
- Sal Maldon: es un tipo de sal marina inglesa de gran pureza y sabor muy especial. Deliciosa si la añadimos a la carne a la plancha.
- Sal ahumada: se somete a un proceso específico y se utiliza para ahumar pescados. Su olor es fuerte.
- Sal rosa del Himalaya: es una sal de roca, rica en oligoelementos. Tiene un color rosado, contiene hierro, y tiene un sabor fuerte y ligeramente amargo.
- Sal flacky: su origen está en Nueva Zelanda. Se extrae del mar, a muy bajas profundidades.
- Sal negra de Chipre: este tipo de sal está muy de moda entre los chefs. Es de color negro por su procedencia de arenas volcánicas. Es de textura crujiente y agradable sabor.
Pues ya sabéis un poco más sobre este ingrediente básico y fundamental para nuestro organismo. Así que, siempre con moderación, …¡pon sal a la vida y disfruta del placer que nos ofrece nuestra rica gastronomía!